Temas : El Otoño, Tiempo de Soltar….
Otoño, tiempo de soltar….
El otoño, tiempo de limpieza, nos invita a desprendernos de lo viejo, de lo que no nos sirve. Es un tiempo para dejar espacio.. tiempo de soltar, de dejar caer… como los arboles dejan caer sus hojas viejas que ya no les sirven.
Es un tiempo de conectar y liberar para permitirnos expresar lo que somos, para SER… en libertad.
(Tomado de La Buhardilla de Yiyi. Editado por Fondacio.)
En el mes de mayo inicié un proceso de limpieza de mi closet, comencé desde la parte más alta, pasando por el fondo más oscuro, a ese que nunca llego. Tiraba las cajas, paquetes, bolsas, las llevaba a la luz, las abría y exploraba en ellas…
Eran “cosas” que se guardaban por si algún día… las íbamos a necesitar, porque son “útiles”, pero “pasaron de moda”…Había sábanas de las cunas de mis hijos que por los efectos del tiempo y la humedad ya no tenían ni siquiera el aspecto de aquella bella época de bebe. Habían radiografías mías y de mi marido de una data de diez años!
Había una caja con recuerdos de mi adolescencia… cartas, souvenirs, tarjetas de cumpleaños que ya ni recordaba cuándo y quién me las había regalado!
Entonces… ¿qué hacer con todo aquello que estaba perdido en el fondo del closet entre el polvo, la humendad y el tiempo del olvido?
Primero, fui tomando con amor en mis manos cada elemento acumulado del pasado histórico familiar, personal y matrimonial, lo sentía, regresaba a aquel momento cuando había sido importante, útil y nuevo y lograba disfrutar como fue en aquel entonces.
Luego lo bendecía y agradecía por el servicio prestado para mi aprendizaje…
Finalmente, lo soltaba para decirle definitivamente…
Chauuuuuuu, adiós….
A Dios, ¡sí!, lo entregaba en las ¡mejores manos!, en las manos de Dios. Y si alguien más pudiera beneficiarse de ese objeto, El me lo indicaría a través de su amor ilimitado para dejarlo en el lugar indicado. De esta forma fui repasando todos los sectores del departamento.
Luego pedí a mi hijo y mi marido que hicieran parecido … encargándose ellos mismos de soltar lo “viejo” y dejar espacios libres para lo nuevo en sus vidas. Al observarlos contemplé el sagrado espacio personal de saber lo que puedo y quiero soltar y el momento para hacerlo, así como también, mi oportunidad de respetar esa decisión. Observé también el dolor que surgía frente a la posibilidad de desprenderse de ciertas cosas, pues aún permanecían en sus vidas, esperando el mejor momento para partir. (más…)
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