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El Adviento que conduce a Belén

  • El camino que nos lleva a Belén sigue avanzando en medio de calores y afanes. La Iglesia nos invita a detenernos, cosa muy difícil para muchos, para disponernos a encontrarnos con Jesús el niño de Belén, el peregrino de Galilea, el crucificado de Jerusalén, el que nunca se cansa de venir.
  • Adviento es tiempo de novedad. Nos abre al misterio de Dios vivo, nos ensancha la mirada para que aprendamos a conocerlo, gustarlo, anunciarlo.
  • Leyendo los textos muy lentamente podremos dar pasos para madurar como cristianos, elijamos algunas frases para quedarnos con ellas y rumiarlas. Este Adviento puede llegar a una experiencia inolvidable.

 

  • “Entre Uds. hay alguien al que Uds. no conocen”

La presencia de Jesús es discreta y cuesta reconocerlo.

Tenemos que preguntarnos con la mano en el corazón: ¿Conocemos a Jesús de verdad?, ¿Dónde lo hemos reconocido?

Tenemos que volver a El, dejarnos encontrar por El, que nos conquiste el corazón. No basta que esté en nuestros labios, tiene que estar en nuestra vida toda entera, ser el cimiento de nuestra personalidad.

Tenemos que llegar a establecer con El una amistad sólida, llena de cercanía y de franqueza, que nos alegre el corazón y que haga de nosotros hombres y mujeres sorprendidos por su manera de ser, con sabiduría, con gran dignidad, plenamente humanos.

 

  • “Jesús el que trae buenas noticias”

Si recibimos a Jesús haremos la experiencia de la salvación, el remedio que El nos trae y nos sana. Una salvación que nos llena de vida, nos consuela, nos levanta, hace de nosotros hombres y mujeres con vida nueva. Viene a cambiar nuestro corazón de piedra por un corazón de carne, nos lava el rostro con agua fresca para despertar.

El es :

– quien venda los corazones heridos, desgarrados.

– quien nos enseña a vivir con gran libertad.

– el que viene a proclamar una año de gracia.

– el que hace brotar la justicia y la alabanza.

 

  • “Ser testigos de la luz”

Somos enviados como Juan el Bautista para allanar los caminos para que el Señor pueda nacer en la vida en muchos.

Los amigos de Jesús nos dejamos conducir por el Espíritu que nos hace irradiar una luz que ilumina la vida de los que están junto a nosotros.

Se ha fijado en nuestra pequeñez para anunciar su grandeza y que El sea amado por todos.

Su música habita en lo profundo de cada uno y no cesa de contagiar nuestras palabras y nuestro actuar, vamos cantando el consuelo de Dios y su amor gratuito.

 

Adviento es tiempo de novedad.

Amen

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