Laudato sí
“Laudato si”
Artículo escrito por Samuel Fernández, Facultad de Teología UC
publicado en diario El Mercurio el domingo 28 de junio, 2015.
» Todo está conectado… todo está relacionado». Muchas veces aparece esta misma expresión en este nuevo documento del Papa Francisco. Se trata de la convicción que fundamenta el mensaje de la «Laudato si»‘ (LS). El hecho de reconocer que todo está relacionado justifica varias de las vinculaciones, algunas sorprendentes, que ofrece la encíclica.
En los últimos siglos, el pensamiento cristiano se ha ido liberando de un cierto dualismo que había penetrado bastante dentro y que tendía a disgregar la realidad, distinguiendo las cosas relevantes para la fe cristiana de aquellas que eran juzgadas como irrelevantes. Un par de siglos atrás se solía decir que la misión del Evangelio era «la salvación de las almas», fuera solo un aspecto del ser humano el que tenía que ver con el Evangelio. Si bien Jesús estaba lejos de las filosofías que despreciaban el cuerpo, la materia y las cosas de este mundo, sin embargo, un cierto dualismo malsano llegó a tener una importante influencia en algunos pensadores cristianos (LS 98).
Una vez superado este dualismo entre alma y cuerpo, el pensamiento cristiano se renovó en la convicción de que debía interesarse por el hombre completo. En una primera etapa fijó su mirada en los seres humanos, pero comprendidos individualmente: la teología –en especial la teología moral- consideró que debía ocuparse de los individuos sin atender a sus relaciones sociales pues la sociedad era comprendida como un derivado de los individuos. El paso de lo individual a lo social fue bastante traumático: la aparición de la Doctrina Social de la Iglesia produjo severas reacciones. ¿Qué tiene que ver el Evangelio -objetaban algunos- con las estructuras sociales? En nuestro ambiente chileno, en los años 40 del siglo XX, el padre Hurtado insistía: ¡No se pueden buscar soluciones individuales a problemas que son sociales». Sabemos la resistencia que provocó al interior de la misma Iglesia Católica. La nueva encíclica, en cambio, habla no sólo del ser humano completo, considerado en sus relaciones sociales, sino también comprendido en su vinculación con toda la creación. Tal como sucedió con los temas económicos de la Doctrina Social de la Iglesia, algunas voces objetan que la ecología no es un ámbito de competencia de la enseñanza de la Iglesia, pero, en continuidad con sus predecesores,
el Papa Francisco publicó esta nueva encíclica sobre el cuidado de la casa común, porque todo está conectado. (más…)
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