¿Vacaciones o Descanso?

¿Vacaciones o Descanso?

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Tomado del texto: «Perversiones del descanso cristiano» de Patxi Álvarez De los Mozos,Sj.











El séptimo día es el tiempo en el que Dios deja a las cosas que sean, como diferentes de él, autónomas y consistentes, y disfruta con ellas. Es también tiempo para el desarrollo de los seres humanos, para construir fraternidad, familia, hogar. Así lo entendieron los judíos  quienes  probablemente hayan sido capaces de mantener su identidad como pueblo durante tantos siglos de diáspora y persecución gracias a su meticuloso respeto del sábado. Y es también tiempo sagrado,tiempo privilegiado para dirigir nuestra mirada hacia Dios, para comprender desde él el sentido de las cosas.Tal vez sean éstos, pues, los tres ejes que estructuran el sentido último del descanso:

– Tiempo para dejar a las cosas que sean y gozar  con ellas, para permitir  también que lo humano nuestro se desvele y resplandezca. Un espacio  para cultivar  activamente la pasividad.

– Tiempo para los demás, para disfrutar de las  relaciones humanas, para celebrar y acrecentar la unión fraterna, para saborear alegrías y tristezas  ajenas.

– Tiempo para Dios, para asomarnos al misterio  que late en lo profundo de la vida y rendirnos ante él, para descalzarnos ante lo sagrado y contemplar.

De tal modo que el descanso cristiano, como las  demás dimensiones de nuestra vida, encuentra su ubicación adecuada desde nuestra condición de hijas e hijos de este Dios y seguidores de Jesús.

Hay quien entiende que el descanso es el momento de hacer lo que nos viene  en gana. Para los cristianos es más bien la ocasión de dar su auténtico relieve a lo que somos nosotros, a lo que son los demás y a lo que es la primacía de Dios, Por tanto, tiempo para ser.

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