Antes del Renacimiento, el arte podía entenderse fundamentalmente como un modo de transmisión de la fe o catequesis. Muchas veces, se les hacían pedidos a los artistas para que representaran un episodio de la Biblia. Luego, con las obras de artistas como Botticelli, Donatello y Rafael, la visión de la función del arte empezó a mutar: de campo de misión para la Iglesia comenzó a transformarse en una fuente de disfrute estético en sí mismo.

Aún hoy, el Renacimiento sigue sorprendiéndonos como lo destaca este artículo de http://www.periodistadigital.com, donde se explica que “dos óleos del pintor renacentista Rafael (1483-1520) fueron descubiertos por un grupo de expertos que realizaban trabajos de restauración en una sala de los Museos Vaticanos, informó el restaurador Fabio Piacentini en un video que publicó la televisión del Vaticano.

‘Ahora es seguro que las dos figuras alegóricas en la paredes de la Sala de Costantino proceden del maestro‘, dijo el restaurador Piacentini y, en el mismo video, el historiador de arte alemán Arnold Nesselrath sostuvo que ‘ambos óleos son de mucha mayor calidad que el resto que los rodea‘, informó la agencia de noticias DPA.

La Estancia Constantino está decorada con un trabajo que hizo la escuela del pintor renacentista en base a los dibujos del maestro debido a su prematura muerte en 1520. Al parecer, las figuras que representan la amistad y la justicia son obra del artista que trabajaba en la decoración de la sala a su muerte a los 37 años.”

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