Luego de tres años asistiendo a talleres del Centro Ocupacional Hortiterapéutico, donde llegó en 2014, y de un periodo de formación laboral en la fundación Tacal, Maritza Nuñez cumplió su sueño de entrar a trabajar. Hoy en día, ella es auxiliar en la empresa Viña San Pedro desde junio pasado.

Maritza llega todos los días a la torre de la CCU en Vitacura y sube al decimoséptimo piso donde se encarga de mantener limpias y ordenadas las dos cocinas del área y se asegura que nunca falte nada en ellas. También debe atender una sala de degustación de vinos donde suelen venir delegaciones extranjeras y preocuparse que todo esté limpio y en orden.

Hortiterapia la ayudó en su camino hacia este empleo. En el COH, Maritza aprendió a reconocer las plantas medicinales por su nombre y a trabajar con ellas. En Fondacio también pudo participar en varios eventos y proyectos: fue la animadora del aniversario del Club de Hortiterapia, realizó y lanzó un libro sobre plantas medicinales, participó en talleres de aprendizaje laboral… ¡y mucho más!

“Me aportó mucho Hortiterapia”, nos confía Maritza, “porque ahí me fui desarrollando. […] Hortiterapia fue como una escuela para mí porque me enseñó muchas cosas. Mi profesora (Mónica Espinoza) me apoyó siempre y yo me fui desarrollando hasta que fui aprendiendo.”

Finalmente, después de la “escuela” que fue Hortiterapia para Maritza, ella puede seguir desarrollando sus talentos y capacidades en un ambiente laboral “amoroso”, como lo dice ella.

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